24-Septiembre.
Mi
profesor es Barba Azul, lo sé desde el primer día que vino, lo vi desde la
ventana de clase y bajé hasta la entrada del colegio corriendo. Andaba como él,
casi podía escuchar el roce de los brocados y el manto por el suelo, casi el
ruido de sus espuelas, y habla como Barba Azul, le oí con el director, tan
despacio, no puede pronunciar bien. Es él.
Le
han hecho tutor de mi clase, llegó con ese andar señorial que tiene, serio, con
su barba y sus ojos oscuros. Es exacto al retrato del libro de la abuela.
Encontré el libro en una caja de cosas inservibles de ella, iban a tirarlo, era
muy viejo ¡Mi libro de Barba Azul! Lo he releído cien veces y aún más desde que
él ha venido, incluso huele a él, mi libro tiene el perfume del señor. Nunca
podré saber quien le regaló el libro o de donde lo sacó, ahora ya no. Algunas
veces me mira cuando explica, he descubierto su secreto y creo que lo sospecha,
me mira como preguntándome. Sí, te conozco, sé que eres él.
5-Octubre.
Ayer
le escuché reírse, es la risa de Barba Azul, como dice el libro, estentórea,
sonora, fuerte. Es la risa de un poderoso.
12-Octubre.
A
veces me inquieta, me explica las cosas que no sé igual que a las demás, pero
yo descubro detrás de su mirada afable, otra terrible, le he sorprendido en
ocasiones mirando algo de esa manera, después la cambia en un instante y vuelve
a parecer normal. Tengo que ser muy fuerte, tengo que dominar el miedo.
20-Diciembre.
Me
invitó a su casa y me dio limonada. Me encanta como la ha adornado, tiene
muchos libros y cuadros de caza. Me regaló una foto de un pueblo con un
castillo, allí nació él. Después escuchamos música antigua en dos sillones, él
mío era un poco grande. Le veía a él enfrente, tenía los ojos cerrados, había encendido
la chimenea y las llamas se reflejaban en su cara, hacía una mueca graciosa al
escuchar. Era el señor en su palacio, ¡tan fuerte!
Casi
me llama Blanca, se le escapó la primera sílaba pero lo corrigió enseguida. Yo
me parezco a ella, no me había dado cuenta hasta ahora, la Blanca del cuento
tiene mis ojos y mis labios, en estos días aún me parezco más, noto que estoy
cambiando.
4-Febrero.
Mis
amigas dicen que es muy guapo, sé que algunas están enamoradas de él, como
Victoria o Ana. Para ellas sólo es un profesor, no conocen nada, no saben mirar
detrás de su mirada, si lo vieran enfadado se llenarían de terror, yo conozco
sus enfados, los he leído muchas veces, yo sé que no olvida, que no perdona,
que es inflexible. Sé que no puedo cometer ninguna falta, sé que en su venganza
no habrá piedad. Le temo pero me siento atraída hacia él. He leído su vida
durante tanto tiempo y ahora él existe, vive cerca de mí.
15-Marzo.
He
vuelto a leer el libro de Barba Azul. Las otras niñas decían que el libro me apasionaba
demasiado, que era un cuento para niñas pequeñas, pero yo comprendía, yo
imaginaba la angustia de Blanca rezando en el campanario, me estremecía cada
vez que él le gritaba -¡Baja o subo a buscarte!- yo estaba en la boda, miraba a
los invitados, yo pecaba igual que Blanca por curiosidad, temblaba con ella
cuando bajaba a los sótanos del castillo, a los lugares prohibidos… Y ahora
Barba Azul existe, está aquí.
31-Marzo.
He
vencido al miedo, anoche llegué hasta su casa, en las sombras, esperé vigilando,
le miraba, no sé, no aguardaba nada concreto, me bastaba saber que estaba allí,
que era él, que no fingía.
Empieza
la curiosidad a dominarme, estoy cambiando, le miro los apuntes de clase cuando
no me ve, los papeles, las llaves. Sé que es Barba Azul, pero me gustaría
encontrar una prueba.
9-Abril.
¡Qué
extraño cuando habla dulcemente! Quisiera que se mostrase como es, espero su
furia contenida, su cólera. Mi abuela era demasiado buena y demasiado
vieja.
2-Mayo.
Noto
que ocurre algo, hablan de mí, me miran con curiosidad, los profesores y las
monjas. Estoy nerviosa, no pueden haber descubierto el diario. No sé lo que
pasa.
8-Mayo.
¡Ha
ocurrido! ¡Tengo un padre! Barba Azul me ha adoptado. Y ahora yo seré por fin
Blanca, como la Blanca del cuento. Ya no
escribiré más, ahora viviré.
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