9/29/2022

 


                                                            Orlando (fragmento)

Lalaith avanzaba deprisa y el grupo la seguía, Orlando empezaba a estar impaciente por descubrir qué nueva sorpresa le esperaba, por fin ella alcanzó el final de la escalera y de nuevo otro pasillo. En ese momento, Orlando no tenía la más remota idea de en qué lugar de las tripas del castillo estaba, ni cómo llegar allí, pero sería el único, Lalaith no había dudado ni un segundo. Siguió internándose alumbrándose únicamente con la lámpara de aceite, llegó al final del pasillo y abrió otra gran puerta de madera. De ninguna manera estaba preparado para lo que iba a ver, después de los pasadizos secretos, mazmorras medievales auténticas y un torreón reconstruido casi a la perfección, azotados por la lluvia y el viento, bajo los rayos y los truenos, mojados y helados, de pronto, tras la puerta, un remanso de paz, un lugar vasto donde se percibía mucho calor y en el centro, un cuadrado de al menos 15 metros de lado, calculó, donde increíblemente, había agua y parecía caliente.

La -¿Increíble? No, tenemos una terma. Hay un manantial de agua caliente cerca, Lunkel ideó un sistema para que el agua fluyera constantemente dentro y desagua por otro conducto hacia la salida del manantial. Así nuestra piscina se mantiene caliente siempre y limpia. Tócala.

Orlando estaba maravillado, le daba un poco de vergüenza confesar que estaba tan congelado como las demás y desde luego sumergirse en aquel agua era lo más apetecible que pudiera pensar.

Lalaith trajo toallas de un armario para todos.

La -Reaccionad de una vez. Apagaremos las lámparas, no hay luz natural aquí, así que estaremos completamente a oscuras, nos quitamos la ropa y nos tiramos al agua, hay espacio más que suficiente para todos. recordad donde dejáis vuestra ropa y el que se harte se puede salir y secarse. Orlando, la sensación de estar sumergido en agua caliente y no ver nada, también es muy fuerte pero sé que te va a gustar.

O -Por mí está bien. Me parece buena idea.

A -¿A qué estamos esperando?

R -A la de tres soplamos todas las lámparas ¿Ok?


Cogieron las toallas y se distribuyeron alrededor de la piscina, las dejaron cerca del borde donde podrían encontrarlas fácilmente. A la de tres soplaron todos y las luces se extinguieron con un corto temblor. Orlando escuchó sonidos de cremalleras, chasquidos de jerséis que se despegaban del cuerpo y no esperó a oír nada más, estaba deseando meterse allí, se quitó los zapatos, los calcetines, los pantalones y el resto en un minuto. Tocó el bordillo con la mano para asegurarse de donde estaba y se sentó. Despacio estiró un pie para ver a qué temperatura estaba el agua, éste se recubrió de un fluido algo más caliente que su sangre. Ya sin miedo empezó a meter el resto de su cuerpo y a notar una sensación de placer nuevo que le subía a oleadas. Se sumergió completamente. Desnudo como estaba, bajo el agua, parecía sentir una caricia que se extendía por toda su piel, el calor le reanimaba cada miembro, cada músculo. Sabía que había cabinas en algunos spas que simulaban estar en el vientre materno, pero también sabía que eran pequeñas, no podrían compararse en absoluto con lo que él estaba sintiendo, al poco se deslizaba por el agua con toda libertad y la desorientación le provocaba un leve aturdimiento que aumentaba el relax. 

De pronto notó otra piel que le pasó rozando y en ese momento fue consciente de que no estaba solo, que las chicas desnudas compartían a oscuras la terma con él, no había pensado en eso, concentrado como estaba en sus propias sensaciones. Nadie hablaba, pensó que estarían igual que él deleitándose y entrando en calor, de nuevo sintió que le rozaban, esta vez parecía una pierna que al nadar había pasado al lado suyo. Algo después volvió a notar una presencia detrás, unas manos le tocaron la espalda, los brazos y siguieron deslizándose cercándolo y después acariciándole el pecho. Pensó que Amelie le había encontrado, se giró para buscar sus labios en la oscuridad, tocó su pelo mojado, sus hombros y la sujetó mientras su boca no tenía dificultad en aprisionar la de ella y sin ningún ruido morderla a gusto, con su mano derecha buscó sus senos para acariciarlos y besarlos cuando cortó el movimiento en seco. Los pechos de Amelie habían aumentado y no tenían la misma forma, en ese instante estuvo seguro de que no era ella, retiró la mano que aún recubría a uno de ellos un tanto azorado, pero la propietaria la encontró y la llevó de nuevo al mismo lugar mientras dirigía con la suya una caricia para sí misma con la mano de Orlando. No duró demasiado, ella pegó su cuerpo cuanto pudo al de él y le besó antes de alejarse nadando.

Aún estaba algo confuso cuando empezó a notar que alguien se acercaba de nuevo desde otra dirección, en una situación parecida a la de antes, una de las chicas llegó hasta él y le tocó comprobando que era Orlando. En un tono casi inaudible éste le dijo:

-¿Amelie?

Escuchó una ligera risa mitigada, prácticamente ahogada, y la boca de ella fue a su pecho y lo recorrió con los labios, bajando hasta el agua, entre el borboteo de su respiración al soltar el aire escuchó la respuesta que pretendía, igualmente susurrada.

-No

Notó la boca de ella bajo el agua como seguía recorriendo centímetros de su piel hacia abajo y se descubrió paladeando aquella situación extraña. Sabía que Ulises no había llegado ni siquiera a ver a las sirenas, pero la situación le recordó a él por algún motivo, se veía a sí mismo como un Ulises sumergido en medio del mediterráneo cercado por aquellas criaturas que le deseaban. Las sirenas de Ulises tenían hambre y las sirenas de Orlando también. Mucha hambre. Su obligación debería ser satisfacerlas y esa idea le gustaba. Doce, como los trabajos de Hércules, doce sirenas, doce diosas para él.


9/23/2022

                                         




                                                    Orlando (fragmento)

7.-

Cuando Hesperia entró a media tarde, encontró a Orlando en la misma postura del día anterior, estaba sentado en la cama, con la espalda apoyada en el cabecero, miraba por los ventanales cómo el sol iba bajando poco a poco y la claridad iba disminuyendo. Ella dejó la bandeja con el té y los pastelillos en la mesa. Orlando la miró con una sonrisa.

-Ven aquí. Dejemos que se enfríe un poco.

Obedeció y llegó hasta la cama, se descalzó y se sentó encima de él, a horcajadas, Orlando la atrajo más hacia sí mientras se sentaba y empezó a besarla.

-Has tardado demasiado.

-Me encanta esa percepción del tiempo. 

La mujer deslizó los dedos por entre el cabello ensortijado y oscuro, después de darle un largo beso, le sujetó del pelo para impedirle besarla de nuevo aunque sus bocas se mantenían apenas separadas.

-Nada de lo que hagas, va a librarte de leer la ira del Pelida Aquiles, el de los pies ligeros. 

-No pienso resistirme.

Hesperia le fue desabrochando los botones de la camisa, despacio y la abrió, le acarició el pecho con las yemas de los dedos, dulce y lentamente.

-Tienes una piel deliciosa, tan suave. Me encanta que apenas tengas vello.

-Pues eso me tenía bastante acomplejado hace años.

-La adolescencia es dolorosa pero necesaria ¿verdad?

cogió su brazo derecho y le miró con gran interés el tatuaje en la cara interna. Luego lo recorrió también con la yema del dedo una y otra vez.

-Me haces cosquillas.

-No sabes cómo he deseado besar estos tatuajes. –acompañó el gesto a la frase y comenzó a lamerlo –Nueve, ¿sabes cómo se pronuncia en élfico?

-Sí, lo busqué. Néter.

-Suena bien. ¿Por qué no me hablas en élfico? Me gustaría escucharte ¿No recuerdas algunas frases del guión?

-¡Uff! Hace tiempo de eso…, pero déjame recordar…

Hesperia se alzó un poco y tiró de él hacia abajo para que se quedara tumbado sobre las almohadas. Volvió a lamerle el número élfico pasando la punta de la lengua, apenas rozando por las líneas que lo formaban.

-Me acuerdo de algo, en “La dos Torres”, se lo decía a Aragorn, espero pronunciarlo correctamente… hace mucho tiempo. No seas demasiado exigente ¿de acuerdo?

         “Le ab–dollen.” y él me respondía “Hannon le”, ah he recordado otra, escucha “Aragorn, nedin dagor hen ú-´erir ortheri. Natha daged dhaer”

-Me trae muy buenos recuerdos, un poco más por favor. 

Hesperia volvió a su pecho, siguió besándole y acariciándole con los labios mientras lo notaba coger aire para darle más énfasis a las frases.

-¡Ah! Esto te va a sonar, seguro que lo recuerdas. Como fue al principio, lo grabaron tantas veces que todos nos lo sabíamos… “I amar prestar aen”   “Han mathon nen nen”     “Han mathon ne chae”   “A han noston ned’wilith”

- “El mundo ha cambiado… , lo siento en el agua…, lo siento en el aire”… Es tan bonito…, es difícil que hubiera podido encontrarse un comienzo mejor que ése.

-“Lasto beth nîn, tolo dan na ngalad” ¿A qué no sabes qué significaba ésta?

-Sigue hablando y déjame seguir con lo que tengo entre manos.

-Está bien –un amago de risa acabó en un jadeo-. Se lo decía Arwen a Frodo… cuando le había herido el espectro… Decía: “Oye mi voz, vuelve a la luz”

-No. No volveré a la luz.

Orlando ya no pudo volver a concentrarse en las frases, ella le estaba lamiendo el sol, notaba las cosquillas alrededor de su tatuaje tan intensas que casi no podía resistirlas, y justo en ese extremo, notaba cómo se volvían ráfagas eléctricas que su miembro acusaba, ella le estaba encendiendo más deprisa de lo que quería. Hesperia empezó a pasarle la lengua por la línea de carne al borde el pantalón del pijama, de su pecho comenzó a brotar un murmullo de placer que acabó convirtiéndose en un rugido gutural muy fuerte. Hesperia alzó la cabeza y le miró con ojos divertidos.

-Has rugido.-le dijo riendo- Creo que he descubierto una de tus principales zonas erógenas. 

9/18/2022



                                                                Orlando. (fragmento)

        Fue hacia un armario y sacó una cajita, la abrió. Envuelto en papel de seda azul, había algo que no consiguió adivinar, era algo pequeño hecho de tejido claro, semitransparente, fino y ligero, parecía haber bastantes iguales, Lu cogió uno y se lo enseñó.      
         -Es uno de mis últimos prototipos, está basado en ecuaciones no lineales, ¿sabes? la Teoría del Caos. Un paso más allá de los fractales. Habrás visto Parque Jurásico ¿no? El doctor Malcom lo explicaba muy bien cuando llegan a la isla.          
        Orlando hizo el mismo gesto que Laura Dern en la película, pasó la palma de su mano sobre la cabeza mientras silbaba un “Fiuuuu”         
        -Sí, recuerdo la película pero no tengo la menor idea de qué son las ecuaciones no lineales ni los fractales.     
        -Ok, a ver. Los fractales son representaciones de ecuaciones no lineales, claro que si toman las incógnitas de una progresión ordenada de números pueden tener una apariencia previsible. En este caso las incógnitas son exactamente incógnitas así que los resultados son totalmente aleatorios, basados en la imprevisibilidad en sistemas complejos. ¡Es puro azar, con mayúsculas! He puesto una batería de nanotecnología de última generación, recargable con la temperatura corporal, por calor, ni siquiera necesita luz, emite corrientes en un voltaje bajo, los resultados a las distintas ecuaciones determinan la duración, intensidad, longitud y recorrido de las corrientes. Y a veces pueden duplicarse en otra zona o comenzar una corriente antes de que termine la anterior. No más de dos porque sería demasiado. Toman las bases de las variaciones mínimas en nanogrados de la temperatura, sentido del movimiento, grado de humedad, velocidad de fricción, cosas así, con sensores indetectables. En cinco millones de corrientes, no creo que se aprecien dos iguales. –los ojos emitían chispas al hablar de su invento- Es una maravilla, y no puedes encontrar ni con los dedos donde está la batería, los ingenieros lograron una textura del tejido asombrosa, polímeros empleados en trajes de astronautas, pero es aún más suave que la seda, y por supuesto, totalmente impermeable, claro. Tiene la elasticidad y compresión exactas, vuelve a su estado una vez que se deja de ejercer presión, reparte la tensión por igual en todas las fibras, no se deformará ni aunque lo utilices mil veces, claro que habrá que lavarlo después de cada uso, lo cual es poco asquerosillo, pero bueno, el tejido se limpia muy fácil con jabon neutro. No lleva latex, es totalmente hipoalergénico. Y se adapta con tanta precisión que no se mueve un milímetro, ni se enrolla, un defecto de los otros que no han conseguido solucionar, bueno, la verdad es que el campo me permitía innovar muchísimo, y los medios con los que cuento, es cierto, son inalcanzables para estas empresas, pero ¿quién sabe? Puede que en algunos años estén a la venta, donaré la patente por supuesto... ¿No te parece asombroso?          

        -Ahhhh … -los ojos de Orlando estaban abiertos de par en par, lo que le parecía asombroso era que hubiera acabado aquel diluvio de datos científicos y que Lunkel se mantuviera callada unos segundos.
        -Sí… ciertamente… ¿y qué es? 
        -Qué es? ¡Pues un preservativo! 

         Por un tiempo que a él le pareció bastante largo y que le hacía sentir como un ignorante paleto, estuvo procesando lo que recordaba de la descripción e intentando asimilarla. De pronto sus ojos se abrieron. 
        -¿Corrientes eléctricas? ¿Un preservativo que da descargas eléctricas? 
         -Bueno, descargas no, algo más suave, como un cosquilleo. -Lunkel rió- No hay posibilidad de electrocución. 
        -Porque la temperatura, la humedad y la fricción aumentarán y las ecuaciones esas igual se disparan y… ¿estás segura que la batería no podría explotar? 
         -Habrá que probarlo para asegurarse. -Lunkel siguió riendo divertida. Se alejó hacia un mueble y accionó un equipo de música que inundó su habitación de la alegría y el ritmo de One Love.
        -Nunca hago el amor sin Bob Marley.