Orlando tras ver a su familia se encerró en su casa y prácticamente no salió del dormitorio en unos días. Simplemente lo necesitaba. Unos días de silencio y soledad. Necesitaba meditar y coger fuerza para sumergirse en la obra de teatro. Necesitaba un espacio y un tiempo en blanco, para poder seguir con la nueva etapa.
A pesar de eso, el proyecto le había emocionado y le hacía muy feliz. Hacía bastante que no sentía algo tan fuerte por sus trabajos como actor y, desde luego, eso se había traslucido en las obras.
Después continuó el encierro para preparar el papel a conciencia. Cawty y Romy habían estado trabajando muy duro en la obra de teatro y la habían terminado poco después de volver al castillo.
Orlando la envió a su agente y ella se había encargado de buscar un teatro antiguo en Londres para representarlo. Su agente estaba entusiasmada, la obra iba a ser un bombazo. Después de su huida y su desaparición, la vuelta de esa manera, salir de un misterio para mostrar esa obra… Eileen estaba segura que llenarían noche tras noche.
La idea se convirtió en un monólogo bastante largo, interpretando al escritor Edgar Allan Poe. Orlando aparecería en un habitación de aspecto muy pobre, bebiendo absenta mientras escribe, mira el vaso al trasluz, hace girar el líquido verde espeso, en su mirada se puede descifrar la locura, al adicción, la tortura de sentirse atrapado y sin embargo el alivio que le produce beber.
Va leyendo y recitando fragmentos de los relatos. Y a veces, levantándose y paseando enloquecido, diciéndose a sí mismo por qué, por qué no consigue sacar de su pluma, salvo esas escenas retorcidas, a veces hasta repugnantes, cómo puede recrearse en aquellos personajes obscenamente dementes, que sin embargo, le consuelan de su propia degradación, sabe que esos monstruos no son otra cosa que él mismo, y reniega de aquello, tira las hojas al suelo, las quiere quemar, se arrepiente… y llora mientras besa los pergaminos. También sabe que en esa corrupción y bajada a los infiernos, su pluma ha dejado una belleza inaudita y prodigiosa. Empapados en absenta, sus escritos destilan divinidad, él sabe agrupar de tal forma las palabras para que esas horribles historias tengan un lirismo que atraviese los pechos, él sabe que tiene un don, que en su propia repulsión habita un genio. Bebe más y finalmente, se queda dormido sobre la mesa y los pergaminos.
Fisicamente él se da cierto aire al escritor. El maquillaje y la peluca complementarían su actuación, para la cual ya le estaban brotando multitud de ideas, y a veces, se paraba ante un espejo y probaba gestos, muecas, posturas… ha recordado un gato de su infancia, un animal al que quería mucho, su recuerdo concentra multitud de sentimientos que necesita exhibir, la ternura más limpia que había sentido, el horror a que alguien le hiciera daño, su compañía invisible pero totalmente necesaria o el dolor terrible de su pérdida.
Unos días antes del estreno en el teatro recibió un paquete. Por fin había salido de la imprenta la novela gráfica de Romy a la que Lalaith había puesto las imágenes en forma de viñetas bastante grandes en su mayoría, sobre el relato que había escrito la primera y que contaba una realidad parecida a la que habían vivido ellos pero en un mundo paralelo y mágico.
Mirar las imágenes de la novela gráfica le sacaba de la concentración para con la obra de teatro, las temáticas eran extremos opuestos, aunque decidió que leería al menos un par de páginas, solo, por la noche, en la cama, leerlo y mirar las láminas le traía unos deliciosos recuerdos y a la vez, conseguía dejar al personaje de Poe encerrado. La recreación del escritor era demasiado dolorosa, lo que sentía al interpretar aquel monologo le desgarraba… y era a la vez tan intenso y apasionante como pocos trabajos anteriores.
Las invitaciones vip para la première llegaron al castillo. Se habían mandado imprimir copiando el papel y el diseño de la época de Poe. El resultado fue magnífico, se le había ocurrido a Aileen, iban a enviarlas a todo el público aunque las hubieran comprado por ordenador, contarían con una entrada real de la época. El misterio sobre la obra y la reaparición de Orlando seguía creciendo.
En el castillo para todas todas supuso contar con otro fetiche de su ídolo e incrementó la agitación de saber que en muy poco tiempo le verían de nuevo. Posiblemente en el futuro se convertirían en objeto de culto y deseo de coleccionistas.
Orlando estaba muy emocionado y nervioso, una noche tuvo un sueño en el que volvía al castillo de Green, se veía a sí mismo caminando desde los árboles en dirección a la puerta principal, la empuja y entra en el gran distribuidor, mira hacia la escalera, sube y recorre los pasillos de alfombras mullidas, asomándose a las habitaciones, pero sin encontrar allí a nadie, le empieza a embargar una sensación de confusión y desamparo, que se acrecienta mientras el sueño sigue alargándose y le hace despertar alterado…
Aún con la sensación desagradable del sueño llamó a Green. Ella le contó que ya tienen las invitaciones y que van todas por supuesto, que han tenido un pequeño percance.
Green le dijo que se han hecho la “prueba analítica”, y que todas han dado positivo…
-¡¿Qué?! ¿Qué os pasa?
-No es grave, tendremos que tomar unas píldoras, nos arriesgamos un poco más de la cuenta pero en una semana estaremos bien. La radioactividad del cilindro era mínima aunque como estábamos todas metidas allí, nos ha afectado a las doce, Lunkel está desarrollando un medidor más pequeño…
-¡Ah!... radioactividad…
-Sí, ¿qué habías entendido?
-Nada, nada, no importa… pero dices que estáis bien ¿no?
-Sí, nos quedaremos en cuarentena unos días y con la medicación no tenemos que preocuparnos, eso dice Lila, la exposición fue muy breve.
-¿No os impedirá venir al estreno?
-De ninguna manera, dentro de quince días estaremos allí para aplaudirte hasta que nos sangren las manos.
-Os he reservado la primera fila, al lado de mi madre, mi hermana y otros pocos amigos. Cuando os vea a todas allí… espero que pueda concentrarme y no me olvide de lo que tengo que decir. Alain ya ha confirmado también. Estoy muy nervioso la verdad, necesitaría aquí a Chantarel gritándome “¡¡¡Mimetismo!!!” Ella me hizo lograr una excelente actuación, aunque, bueno, no sé si podría soportarlo otra vez.
Los dos rieron de buena gana.
No quiso verlas hasta terminar la obra, estaba demasiado nervioso y metido en el personaje, no quería perder ni un ápice la concentración. Y ya tendrían tiempo después en la fiesta que había preparado Aileen de verse, abrazarse y charlar todo el tiempo que quisieran.
Su debut resultó absolutamente épico, levantó a todo el público a aplaudirle enardecido. En la primera fila, su madre y su hermana, con los ojos rojos delataban que no habían podido contener las lágrimas en algunos momentos, pero Romy y Cawty habían llorado mucho más, estaban tan impactadas de cómo había cobrado vida el escritor recreado y tan querido para las dos. Y verle sufrir de esa manera atroz, fue muy duro. En realidad para las doce, no eran capaces de desligar la actuación de la persona a la que querían. Su trabajo había sido excepcional y tal como pensaban la obra se prolongaría por muchos meses.
Cuando salió por fin a saludar y las vio allí, su corazón desbordaba de cariño. Muy emocionado, agradeció con sinceridad los aplausos, aunque al poco se sintió sobrepasado por ellos y las expresiones que le gritaban
Mientras estaba en el escenario saludando, recibiendo flores, abrumado como nunca, recordó cómo había llegado hasta ese momento. Con total claridad veía que su vida tuvo un punto de inflexión desde aquel primer día en el castillo de Green, este éxito en gran medida se lo debía a las doce.
El pozo y el péndulo. En este relato Poe se inspira en los atroces castigos de la inquisición española. Adoro ese lenguaje riquísimo, exquisito, elevando el macabrismo a absoluta joya y deleite para los sentidos.